Las compras compulsivas suponen el impulso irrefrenable de efectuar compras nuevas de forma continua, es decir, no estaría relacionado con comprar algo por un impulso esporádico o puntual, si no por un patrón estable de compras en el que no existe planificación de lo que compramos, compramos por comprar, solemos gastar o comprar aquello que no necesitamos o que no nos es útil, gastamos por encima de nuestras posibilidades económicas, compramos como una manera de mejorar nuestro estado de ánimo “dejar de sentirnos mal o animarnos”.
La persona se ve impulsada a adquirir productos que normalmente no necesita buscando una satisfacción y bienestar que se esfuman a corto plazo y que les lleva a volver a reiniciar la compra para volver a sentirse bien. Así se genera un círculo vicioso que llega a afectar a la economía personal o familiar y a generar malestar significativo en quien la desarrolla y los de su alrededor. La pérdida de control y la interferencia negativa en la vida de la persona serían dos puntos clave para entender que existe un problema real.
Por lo general podríamos hablar de algunas fases que se dan a la hora de comprar compulsivamente:
Cabe destacar que las compras compulsivas suelen cursar con otros problemas de tipo psicológico tales como ansiedad, depresión u otras alteraciones del estado de ánimo, dependencia a sustancias, alteraciones en la conducta alimentaria o alteraciones en el control de los impulsos y baja autoestima.
Cuando se dan algunos de estos rasgos en nuestro estilo de compra podríamos estar hablando de hacer un uso irreflexivo y compulsivo de la conducta de comprar:
Cuando se realiza un consumo no planificado, irreflexivo y de forma persistente y recurrente convirtiéndose en un patrón que excede a las posibilidades económicas del sujeto esto acarrea:
Desde Agrajer damos tratamiento a este tipo de problemas mediante grupos de autoayuda y ayuda mutua y atención individualizada, en las que trabajamos como objetivos: