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TRATAMIENTO DE LA

ADICCIÓN A LAS COMPRAS COMPULSIVAS EN GRANADA

TRATAMOS LA ADICCIÓN A LAS COMPRAS COMPULSIVAS

Las compras compulsivas suponen el  impulso irrefrenable de efectuar compras nuevas de forma continua, es decir, no estaría relacionado con comprar algo por un impulso esporádico o puntual, si no por un patrón estable de compras en el que no existe planificación de lo que compramos, compramos por comprar,  solemos gastar o comprar aquello que no necesitamos o que no nos es útil, gastamos por encima de nuestras posibilidades económicas, compramos como una manera de mejorar nuestro estado de ánimo “dejar de sentirnos mal o animarnos”.

La persona se ve impulsada a adquirir productos que normalmente no necesita buscando una satisfacción y bienestar que se esfuman a corto plazo y que les lleva a volver a reiniciar la compra para volver a sentirse bien. Así se genera un círculo vicioso que llega  a afectar a la economía personal o familiar y a generar malestar significativo en quien la desarrolla y los de su alrededor. La pérdida de control y la interferencia negativa en la vida de la persona serían dos puntos clave para entender que existe un problema real.    

Por lo general podríamos hablar de algunas fases que se dan a la hora de comprar compulsivamente:

  1. La persona suele presentar un estado emocional negativo o neutro (aburrimiento, apatía, ansiedad, tristeza, pensamientos negativos hacia la persona misma, enfado, sensación de vacío, etc.)
  2. Se empieza a pensar, fantasear, planificar, desear o preocupar por adquirir algún objeto específico o gastar en alguna experiencia concreta o bien por la persona misma o porque vemos algún escaparate, anuncio, oferta, etc. que nos invita a pensar en ello.
  3. Se experimentan emociones positivas, de euforia, ilusión, alegría, alivio, entretenimiento, distracción, etc. Asociado a lo que se va a comprar o adquirir o a lo que va a suponer para la persona adquirir dicha compra. 
  4. Se toman decisiones sobre qué, cuando, donde comprar, se investiga, se busca sobre el producto o experiencia a comprar. O bien, ante la presencia de escaparates, ofertas o propuestas de compra, no se reflexiona, se accede a comprar sin pensar.
  5. Se efectúa la compra o el gasto viviéndolo como excitante o positivo en ese momento.
  6. Tras finalizar la compra o la experiencia de gasto, se reflexiona sobre ello, sobre las consecuencias de la conducta, se experimenta culpa y sentimientos de malestar.
  7. Se vuelve a poner en marcha el circuito para superar el malestar. Suele haber intentos de resistir los impulsos, pero suelen ser habitualmente fallidos.
 

Cabe destacar que las compras compulsivas suelen cursar con otros problemas de tipo psicológico tales como  ansiedad, depresión u otras alteraciones del estado de ánimo, dependencia a sustancias, alteraciones en la conducta alimentaria  o alteraciones en el control de los impulsos y baja autoestima.

 

Cuando se dan algunos de estos rasgos en nuestro estilo de compra podríamos estar hablando de hacer un uso irreflexivo y compulsivo de la conducta de comprar:

  1. Compra o gasto de dinero como resultado de estados emocionales negativos como irritabilidad, disgusto, síntomas depresivos, aburrimiento, enojo, etc.
  2. Comprar por comprar, de forma excesiva objetos innecesarios. Después se pierde el aprecio una vez el producto es adquirido.
  3. La persona es consciente de ello pero no puede frenar el impulso de hacerlo.
  4. Estos hábitos de compra o de gastos excesivos provocan un importante malestar emocional y alteraciones en todas las áreas de la vida de la persona.
  5. A menudo la persona se auto engaña se da explicaciones o disculpas para justificar su conducta.
  6. La persona se siente perdida sin tarjetas de crédito o acceso al dinero.
  7. A menudo se realizan compras a crédito porque no pueden pagar con dinero en efectivo.
  8. Gastar dinero causa, a la vez, euforia y ansiedad, sentimientos de mejora en la autoestima o conexión con sensación de poder.
  9. Comprar o gastar se vive como un acto precipitado y prohibido.
  10. Se experimenta culpa, vergüenza y confusión después de haber comprado o gastado dinero.
  11. Muchas de las cosas que compran no se utilizan nunca, son superfluas, innecesarias o inútiles.
  12. Mentiras repetidas sobre lo que se ha comprado o sobre cuánto dinero se ha gastado.
  13. Preocupación excesiva por el dinero.
  14. Se pasa mucho tiempo “haciendo equilibrios” para poder pagar las facturas y cuentas pendientes.

 

Cuando se realiza un consumo no planificado, irreflexivo y de forma persistente y recurrente convirtiéndose en un patrón que excede a las posibilidades económicas del sujeto esto acarrea:

  1. Problemas económicos: La persona acumula pagos, créditos, préstamos, deudas y puede vivir en un sobreendeudamiento activo haciendo malabares para poder  afrontar su economía y su día a día.
  2. Deterioro en las relaciones familiares: Los problemas económicos tienden a afectar a la familia y a la relación con la persona, además aparecen las mentiras, por el afán de ocultar el grado de implicación con las compras suponiendo un desgaste a nivel familiar, que acarrea tensiones, conflictos y desconfianza.
  3. Problemas emocionales: Existen cambios de humor constantes dependiendo de la en fase de compra en la que la persona se encuentre, la persona busca en la compra un bienestar momentáneo que se desvanece una vez la compra se ha realizado, por lo que se alternan sentimientos de euforia y bienestar con culpa, vergüenza y malestar. Además también el hecho de encontrar obstáculos que se le presenten a la hora de comprar, puede dar lugar a estados de irritabilidad o inquietud.
  4. Interferencia en el día a día: El protagonismo que adquiere la conducta de comprar aleja a la persona de otras actividades o responsabilidades, pudiendo afectar al rendimiento laboral o académico, otras actividades de ocio y tiempo libre que se abandonan o desatienden por el hecho de comprar.
  5. Aislamiento o distanciamiento social: Muchas veces los problemas económicos impiden poder salir o realizar actividades con la gente de nuestro entorno o bien el pedir prestado a amigos o familiares puede alejarnos de ellos por la vergüenza de no poder pagarles.

Desde Agrajer damos tratamiento a este tipo de problemas mediante grupos de autoayuda y ayuda mutua  y atención individualizada, en las que trabajamos como objetivos:

  • Frenar el impulso de compra compulsiva.
  • Establecer patrones de compra saludable y reflexiva.
  • Reestructurar ideas irracionales asociadas a la compra compulsiva.
  • Aprender a regular emociones de manera saludable.
  • Desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas en el día a día.
  • Trabajar con problemas y sintomatología asociada tales como control de impulsos, baja autoestima, emociones negativas, tolerancia a la frustración, ansiedad, síntomas depresivos,
  • Prevención de recaídas

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